domingo, 24 de agosto de 2008

El fantasma feliz

Y si me muero hoy, seré el fantasma feliz, e iré persiguiendo y asustando a las monjas en el patio de su convento; correré por las transitadas calles sobre la gente y los autos y nunca necesitaré un paraguas en la lluvia. Despertaré cada día en un parque diferente y las atrocidades de las calles, las podré perdonar porque un fantasma feliz no tiene derecho a chingar.

El tiempo se acerca, el momento de ser un fantasma; cada día se aproxima más y más, y cuando el sol se apague, me pregunto si tendremos que pagar por lo que hemos sido; pero mientras tanto, si muero hoy, seré el fantasma feliz… Y podré hacer todas las mocedades que se me antojen; podré entrar a cuanto evento se me ocurra y presenciar cuanto espectáculo exista, o bien podría convertirme en el ángel de la guarda de algún niño indigente que odie pecar; o acaso veré a alguien importante, alguien querido y querré regresar para preguntar por cuánto tiempo me seguirían recordando, o si me seguirán llamando por las noches… ¿O es que pronto olvidamos las cosas que no podemos ver?

Dedicado a la memoria de Rafa Ortega, amigo de la familia,
Fallecido inesperada y sorpresivamente el 8 de agosto de 2008.
Me uno a la pena que embarga a la familia Ortega por la sensible
Pérdida de su hijo Rafael, de tan sólo 24 años.
En silencio

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