miércoles, 4 de febrero de 2009

¿Qué hacer si cae en un laberinto?

Laberintos en nuestro universo hay muchos, los hay negros, los hay blancos; también de vidrio, también de concreto. Existen algunos muy extensos, otros no tanto… Algunos son circulares y cuadrados; de dimensiones anchas, de dimensiones angostas; completamente oscuros o demasiado iluminados; incluso algunos de oro sólido en contraste con otros de arcilla y lodo. Independiente de la forma y figura todos representan tres puestos: una entrada, una dificultad y una salida. Seguramente habrá quienes entren y salgan sin mucha dificultad, de igual manera quienes salgan con mucha dificultad o incluso hasta quienes ni siquiera logren salir. Ya sea por error o por decreto del destino, si usted llegase a caer en un laberinto; aquí le brindo algunas recomendaciones que pudiesen resultarle útiles:

Antes que nada, no pierda la calma y créase que su estadía en el laberinto será momentánea; de otra manera su memoria a largo plazo no podrá retener por mucho tiempo los mapas de los caminos que ya haya trazado o vaya descubriendo en el trayecto.

Avance, no tema equivocarse y trate de marcar de alguna forma por dónde ya ha pasado y verifique si hay atajos para llegar al último punto en el que esté.

Use sus instintos y trate de agudizar su inteligencia espacial, o sea la capacidad de ubicarse cardinalmente en un punto; en otras palabras, el sentido de orientación.

Si uno o varios caminos recurrentes que haya estado siguiendo no lo llevan a ningún lado o lo regresan al mismo sitio de partida, deje de usarlos y busque nuevos. Recuerde que su experiencia y aprendizaje son sus mejores armas.

No se desespere, Roma no se hizo en un día… La paciencia no es sólo una virtud de los reptiles.

Busque señales de aire fresco o de luz y sígalos, pueden significar que la salida está cerca.

No haga trampa. La mayoría de los laberintos tienen guardianes y cuando se percatan de acciones fulleras lo pueden castigar severamente. Si busca el camino correctamente, no tiene nada que temer y le aseguro que recibirá su recompensa.

Puede ser que llegue a encontrar una o más personas en el mismo laberinto; le aconsejo que se apoye de ellas siempre y cuando le aporten pistas o compartan sus propias experiencias; pero por ningún motivo se aferre a ellas, acuérdese que el pez grande se come al chico.

La verdad es que no existe una guía completa, ni mucho menos confiable del todo sobre cómo trazar caminos para cruzar un laberinto. Aún con una vista aérea es difícil en algunas ocasiones.

La última recomendación es que tampoco trate de jalar a terceros al laberinto en el que esté usted; recuerde que las reglas no lo permiten y sancionan severamente a quien lo haga.