jueves, 21 de mayo de 2009

A tan sólo diez días del estuario

Ya pienso estar harto de escuchar esos gritos desesperados, casi poéticos en su futilidad y siempre preguntando cuánto puede punzar este camino a partir de este momento. Creo que todavía quedan mil razones para que te rindas ante todo, pero sigues berreando que alcanzarás agua en el estuario, y yo insisto en que en tan sólo diez días se agotará para siempre.

La sed y la desesperación te habrán hecho cambiar un poco, pero los zapatos son los mismos y por eso creo poder adivinar el desenlace de todo esto; porque aunque esta historia me resulta totalmente nueva, me parece que son fragmentos de otros cuentos que ya conozco y si miras hacia abajo, encontrarás las huellas de otros que ya van muy adelante de ti.


No malinterpretes mis intenciones, aunque mis palabras parezcan rudas y pienses que sólo quiero verte morir porque estoy fastidiado de tus esperanzas y motivaciones, sólo quiero hacerte comprender que no debes tener miedo de llegar al otro lado… No sabemos qué define a todo lo que hay en este mundo, pero sí sabemos que su naturaleza es temporal, ¿entonces de qué tienes miedo? Por favor comprende que aunque logres llegar al estuario y saciar tu sed por días, no le habrás ganado del todo al tiempo y que tarde o temprano, algún día abrirá sus fauces y te engullirá, igual que a mí.

lunes, 11 de mayo de 2009

Pausa/Continúe


¡Qué necesaria es una pausa! Sobre todo si esto puede ayudar a salvar tu vida aunque no te percates de ello. Recuerda que tus maestros te lo han dicho: Manuel, es importante que sepas cuándo parar temporalmente y cuando en definitiva porque las señales son sutiles y a veces confusas; pero esta vez lo has hecho muy bien. El ciclo debe continuar, con o sin nosotros.


No me gusta mucho retomar el hilo de lo que había dejado; ya fuese por desinterés, por convicción o por impaciencia; pero hay cosas que no puedo abandonar inconclusas, aunque me desagrade la idea y me irrite en idear cómo reinventarlas o por lo menos darles otro enfoque… Pero aquí estoy, de vuelta, porque alguien me enseñó valiosamente que no se puede reversar el flujo del destino, sólo lidiarlo.