domingo, 23 de septiembre de 2007

Mi historia de muerte y renacimiento


El mundo colapsaba. Ya no había comida, necesitaba alimentarme, de lo que fuera, busqué y busqué pero a mi alrededor sólo había arena y suelo árido, ni una sombra, nada, sólo el inmenso panorama desierto. Los sentidos poco a poco menguaban, pasaban los días y más se agotaban. No me quedaba nada, sólo tirarme al suelo y esperar. En el instante mismo de los días el tiempo dejó de importar y entonces la ví: "Era densa y enorme" - No era tan mala como todos decían, en un principio era un largo tunel envuelto en una densa oscuridad, en ese momento tuve mucho miedo, pero después sólo sentí paz. El final del tunel se acercaba pero de pronto la puerta que aparecía abierta se cerró y de vuelta; un viaje de regreso.
Me opuse a ello, si ya estaba ahí, pues me hubiera gustado quedarme, pero por alguna razón no pude. Después, nada, me quedé profundamente dormido. Cuando desperté sentí nuevamente mi carne y mis sentidos, pero qué raro: Estaba encerrado. Un rato después mientras sentía al 100% la sensasión de vida, me di cuenta que estaba dentro de un huevo. Usando todas mis fuerzas empecé a golpear, vigorosa y desesperadamente golpeaba, tenía inmensos deseos de salir, más y más hasta que por fin el cascarón empezó a agrietarse. Horas más tarde por fin había logrado eclosionar. Lo primero que recuerdo fue el fuerte y cegador resplandor de la luz del día en mis ojos; era el mismo mundo pero diferente, como si hubiesen pasado miles de años, el panorama ya no era un desierto, el viento se había llevado toda la arena y la humedad propició el nacimiento de un suave y verde musgo.
Gasté toda mi energía en romper el cascarón y emerger, en la eclosión. Me sentí feliz; pero sin fuerza física, al menos mientras me alimentara...

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