lunes, 29 de junio de 2009

Unas hojas sueltas

Estoy esperando ahora, porque estoy esperando el cómo… Denme el revés porque este encierro ya me está dando comezón y los que están aquí se la pasan actuando como idiotas; además la gigantesca tarea de buscar una nueva palabra para una devota madre ya parece inalcanzable.
Cuando la sal se mezcla con el lodo, el aletargado sabor ya no puede mantenernos despiertos, lo que nos obliga a estar dando vueltas sobre nuestros propios pies. La sequedad del aire alimenta a las rocas y las vuelve más fuertes que el orgullo.
Al combinarse la lluvia con los ojos, se genera una tormenta que dura más de 28 horas, durante las cuales los campos aprovechan para dar sus frutos y las praderas para reverdecer. Los pájaros se refugian en sus nidos y los felinos salen a jugar…

1 comentario:

Gerardo Ruiz dijo...

la larga espera es interminable... pero hay que estar siempre listos cuando nos toque el turno al bat, ese dia, mi hermano, jamás lo olvidarás...