domingo, 28 de septiembre de 2008

Dulces mexicanos (rico, rico, rico)

Hablar de mi infancia, definitivamente es hablar de golosinas. Cómo me gustaría poder decir que nunca crecí y que me quedé siendo un niño siniestro toda mi vida, pero no; yo mismo he estado sometido al duro correctivo que es el mundo de la adultez; pero hoy en día, en esta etapa de mi vida hay algo que nunca soltaré, ni echaré de menos: las chucherías y golosinas mexicanas. No ha llegado aún el momento en que deje de consumir aquellos productos que consumía desde niño, cuando la palabra úlcera o gastritis eran tan sólo el eco de un futuro lejano cuando podía tragar cualquier chuchería por más picante o ácida que fuera.

El repertorio de golosinas que comúnmente consume un niño mexicano va desde dulces, caramelos, papitas, cacahuates pasando por salsas, chiles y sobre todo paletas enchiladas del infierno. Ahora bien, haciendo una clasificación ordenada de menos tóxico a súper tóxico voy a recapitular de qué son capaces los dulces mexicanos:

***Sección dulce (poco tóxica)***
En esta sección se encuentran aquellos productos que en su mayoría están hechos a base de cajeta que no es mas que un dulce tradicional hecho a base de leche de cabra; aquí en México, esta mercancía se envasa y comercializa principalmente en Celaya en sus tres tipos de sabores: normal, de vainilla y envinada. También hacen miles de caramelos y paletas con ella.


En la foto aparecen los Jarochos, que son caramelos duros de cajeta con canela. Los jarochos son geniales, porque además de la cajeta tiene un ligero sabor a canela. Lástima que en la bolsa salga un tipo que parece una caricatura de Sadam a lo vaquero. Los chiclosos de cajeta son como sugus (un poco más duros) de cajeta. Son como los jarochos pero sin la canela y sin Sadam, así que pierden en gran parte el encanto. Las paletas de cajetas son la equivalencia de las "chupa chups" de Estados Unidos; éstas, están bastante bien porque a mí me encanta la vainilla y lo mejor de todo es que la tira con 20 paletas cuesta sólo $10, así que cada paleta cuesta sólo cincuenta centavitos de nada.
La oblea de cajeta consiste en cajeta en estado puro (con una textura chiclosa) envuelta por dos obleas de pan y son y seguirán siendo la pura ondota. Yo las comía a docenas cuando era pequeño y sigo pensando que son una de las delicias más tremendas para futuros diabéticos. Otro indispensable de los dulces de este tipo es el mazapán y la palanqueta o pepitorias como dice mi mamá que les llaman en el norte.

***Sección cacahuetil (tóxica pero del buen rollo)***
Éstos, junto a la última sección (la súper tóxica) y las Sabritas Picantes son la cúspide en el templo de las golosinas mexicanas. Hay tantos tipos de cacahuates que se puede comer un tipo diferente dos veces al día durante una semana entera. Además el mercado de cacahuates japoneses corrientes y dudosos en México está dominado sólo por dos marcas: los Kirumaya y los Nipón que yo comía de pequeño en los recreos. ¡Me abstendré en hacer rimas por respeto a esta gran marca!

Las 4 variedades cacahuatiles más comunes son: "Cacahuates cubiertos con trigo y sazonados con limón", "Cacahuates tostados estilo japonés" (los clásicos de la bolsa azul), "Cacahuates cubiertos con trigo y sazonados con chile chipotle" (Hot Nuts) y los "Cacahuates sazonados con chile y limón".
No es por nada, pero México le da mil vueltas en el tema de los cacahuetes a cualquier país. No sólo le ponen una A más al nombre, sino que hay tantas formas de hacerlos y sazonados con tantos sabores que bien vale la pena la mención honorífica.




***Sección picante (tóxicamente hablando)***


Aquí encontramos a los Sabritones, las Sabritas picantes, la salsa San Luis, Valentina en todas sus presentaciones, salsa Búfalo y similares.

***Sección cagadera infernal (requetetóxica) ***
Hay que decir que esta sección es probalbe que no se encuentre en ninguna otra parte del mundo, por que absolutamente ningún país europeo o norteamericano vendería estos productos sin recibir una multa de dimensiones estelares.
Estos son Los Miguelitos y yo solito me comí prácticamente toda la producción a principios de los 80's. Hay en presentación líquida y en formato polvo. Este pequeño generador de diarreas y perforador de intestinos está hecho de azúcar, sal yodatada, ácido cítrico, chile piquín molido y harina de soya. Nada más ni nada menos. El sabor es exquisito y el azúcar y el limón hacen que el picor no sea demasiado fuerte y hacen del Miguelito mi chuchería infernal preferida.

La forma de comerse un Miguelito si eres un "nena" es ponerte un poco de polvo en la palma de la mano y luego darle lametones. Si eres más hardcore entonces te metes una bolsita en la boca, la enclastas contra el paladar y dejas que la saliva vaya sacando una especie de zumo de chile a través del plástico. El resultado es estéticamente de lo más asqueroso y alarmantemente antihigiénico, pero yo empecé a comérmelos así cuando era pequeño, así que hoy sólo puedo comérmelos de la segunda forma.
Otro objeto interesante de estudio en este tópico son los productos denominados "ollitas o cucharitas"y consisten en una cuchara de plástico o una ollita de plástico o barro con tamarindo tapadas por un poco de celofán y cerradas con una liga. ¡¡¡CERRADAS CON UNA LIGA!!! Yo creo que en cualquier otro país del primer mundo si hay algún productor que intenta comercializar un producto así lo fusilarían al instante. Como se puede ver, no hay una jodida inscripción, ni una marca, ni una dirección, no hay a quien culpar en caso de intoxicación, no hay forma de contactar con el productor si no estoy satisfecho, no hay forma de saber si contiene frutos secos.


Finalmente en esta categoría están todas las paletas Vero y similares. Paletas de caramelo macizo con distintos sabores, todas con la característica de estar cubiertas por una capa de chile guajillo y sal. Tienen la pinta de un potente mata ratas y estoy convencido que lo serían si consiguiéramos que una rata se comiera una paleta de estas. Yo era un fan extremo de las Vero Elotes o de los Pollos Asados (el mismo tipo de paleta pero con forma de pollo y otro sabor al final); tanto que incluso chupaba el palo de la paleta que también tenía algo de chile impregnado.


Este tipo de dulces me imagino que son impensables por ejemplo en países europeos por la sencilla razón de que acabaría con generaciones enteras de niños no acostumbrados al picante. Una Vero Mango y un niño europeo normal se pasaría dos semanas encerrado en el baño pidiendo más y más papel higiénico y talco para la irritación, luego de retorcerse de dolor de estómago.

Así que para concluir esta entrada, México es la gran nación del terrorismo alimenticio donde hasta las golosinas son más peligrosas que un loco inyectando SIDA en un centro comercial y sin embargo yo aún añoro los Pelón Pelo Rico, las paletas Vero y los diabólicos Miguelitos.

1 comentario:

Gerardo Ruiz dijo...

que buen post!!

Yo tambien me la viví en las golosinas cuando niño, era bien dulcero. A mi me gustaban las pastillitas de colores que parecen aspirinas... o los de perfume, antes ricolino era buenisimo, me encantaban las chocoretas, las moritas, los panditas etc.

Tampoco olvidar las papas y churritos "caseros" con haaaaaaaaaaarta salsa mmmmmmmm.... las sevillanas tambien son la ondota, los dulces de jamaica que vendian en chapala, las palanquetas, las ricaletas, picalimon, seltzoda, chipaleta.... las pizzerolas de los 80's con mucha salsa, los doritos nachos originales con harto limon mmmmmm los chirriones.
El bubulubu congelado, los chicles chavo (esos que eran un guey con el pelo de fuego) los motita de platano y uva.
Las quesabritas, los japoneses que vendian en la tiendita del fray luis que chupabas la bolsa y hasta la pintura del paquete te comias.

Los refrescos en bolsita, no se pero a mi parecer sabian mas rico... sera por el plomo?

Las pecositas, los pelones.

Que recuerdos, lo malo es que sigo de gusgo pero con 10 kilos de sobra y con un miedo a la diabetes o diabetis pa la banda... total mi infancia fue muuuuuuuuy dulce.