domingo, 4 de enero de 2009

Mil espejos rotos

Un fuerte grito que se escucha en la distancia, quizá en el segundo o tercer piso... las cortinas cubren las ventanas y no permiten la vista hacia el interior; por eso nadie se percata del asedio silencioso detrás de la urbanidad. La armonía doméstica es sólo la farsa del espejismo de su matrimonio y allá afuera el mundo entero sin sospecharlo.

Y mientras más observo a través de sus verdaderos "yo" más siento como si me estrellara contra 1000 espejos rotos y entre miles de fragmentos que lo reflejan todo, es imposible ocultarse; no hay donde esconderse. Y mientras afuera las luces brillantes de una ciudad no son capaces de opacar lo que se vive dentro. Aunque tema más que a nada salir de esta habitación y ver los 1000 espejos rotos, creo que ya es hora... Amando a su hijos con pasión, protegiéndolos a cualquier costo, aceptando sólo el curso de la acción; me temo que ya se acabaron los puentes que cruzar. ¿Quiénes son los culpables? ¿Quiénes son quienes tendrás que reparar las gruesas cicatrices? Porque no debemos dejar a nuestros hermanos sangrando... Y ya es hora.