domingo, 19 de julio de 2009

En busca de...

Las cosas últimamente han resultado patéticas, pero, no del todo inesperadas; y es que cuando te preguntas por qué razón el destino se ensaña con algunas personas poniéndoles pruebas que parecen imposibles de superar y que las circunstancias tienden a empeorar antes de mejorar, te das cuenta que la cacería por la felicidad es un círculo que termina y vuelve a empezar.

Habremos de comenzar y finalizar el círculo tantas veces, como dure el ciclo mismo de la vida. Al cuestionar por qué un curso no puede quedar estático en el punto que consideramos "el más alto" en ese momento, se torna tan difícil mantener viva esa chispita que nos da los ánimos de seguir adelante y que se llama esperanza, la cual nace cual débil como la flama de un cerillo y muere tan efímeramente que parece sólo un suspiro.
Esa esperanza que con el caminar de los meses y luego años se transforma en una espera que lejos de seguir siendo alentadora se vuelve inútil y frustradora. Cuando todas las luces empiezan a apagarse y son tan pocas las que se encienden; siempre recuerdo lo que la serpiente le dijo a Eva: -"No puedes confiar en nadie".


No sé decirles si ya pasaron sus pruebas; pero si las dificultades persisten, entonces me hace pensar que no, pero si es lo contrario, entonces tampoco sabría explicarles el por qyé permanecen detenidos y no logran cerrar el círculo en el que se encuentran ahora, pero no tener en este momento las respuestas es tan alentador como tenerlas porque por un lado sabrìan qué esperar y por el otro el anhelo alimenta como un poderoso combustible el motor de la búsqueda.